17 enero, 2010

INMenso Optimismo


- INMENSO CORAZÓN –


Te admiro más que a la naturaleza,
sonrisa de niña buena, alma de algodón.
Echas a volar palomas en tu cabeza,
injusto reparto para un inmenso corazón.

Quiero recorrer agarrado de tu mano
esos laberintos secretos que imaginas,
y que la dislexia haga su trabajo,
perdámonos antes de llegar a la cima.

Corona de espinas para adornar una rosa,
afrutados pensamientos impregnados del néctar
de la nostalgia, trazando curvas peligrosas
deseas salir del túnel para apurar tu línea recta.

En mi jardín botánico sobra la luz,
falta el agua, y predomina la sed
de ese olor a flor de lis de la juventud,
raíces de un árbol podado para crecer.

No temas porque diluvie eternamente,
hay oxígeno aunque no brille el sol,
hay una realidad, y la miro de frente:
sé que mi futuro habita en tu interior.


- Gonzalo López Murillo –
Enero 2010, Regalo por encargo.

14 enero, 2010

Un sol que quema y mucho

- LA PLAYA DEL CINISMO –

Una tarde al alba, amaneció,
y desperté arropado con tus ojos,
abrazado al hueco del colchón,
a esa promesa que se hace trozos.

Pero ya aprendí a apreciar el gris,
a disfrutar del blanco y al olvidar el negro.
Sin darme cuenta todo me aleja de ti
y me acerca a la melancolía y sus destellos.

Malditas alas de plomo que tomé prestadas,
bendita flor de verano que nunca marchita,
Oscura luz de mis días, soledad calmada,
diosa del poeta y los versos que recita.

En los olivos sueño con volver a ser un niño
que corre entre momentos y de pronto se detiene,
a mirar de frente al destino con un guiño
de indiferencia recíproca por muy mal que suene.

Van pasando los meses entre fotos que no tengo,
entre sombras adormecidas de puro conformismo,
entre risas fingidas y canciones sin momentos,
entre te quieros bronceados en la playa del cinismo.


- Gonzalo López Murillo –
Enero 2010, Cuesta de Enero.

01 enero, 2010

Todo tiene su simbolismo

- SE DERRAMAN -


Lléname de nuevo esa copa
de ilusiones y deseos de plastilina,
dame tiempo que sólo soy un idiota
que juega a acompasar latidos y rimas.

Porque nadie puede esquivar a la vida
dejaré que las piedras resbalen por la pendiente,
que sangre mi alma, que cierre la herida,
que ya no me importe si nadie lo entiende.

De vuelta con todo, de vuelta con casi nada,
hoy sé que las rosas matan por sus espinas
y que aún existen corazones sin ventanas.

Abrazado a todo, abrazado a nada,
tiré todos mis sueños contra una esquina,
no llegaron a romperse pero se derraman.

- Gonzalo López Murillo –
Enero 2010, Primer día.