- QUIJOTES -
A los macutos que vieron tantas plazas,
a los cartones que aíslan de la escarcha,
al tinto de mesa que siempre les acompaña,
tres décadas no es una mala racha.
Quijotes que se arremolinan contra la vida
y duermen con la luz de la luna encendida,
porque tienen miedo de aquello que no se olvida
y la soledad se convirtió en su fiel enemiga.
No sé cómo llegasteis al infierno,
sólo sé que se pasa mucho frío.
Bajo el duro edredón del invierno
se congelan las lágrimas de lo perdido.
Y si el mundo está loco ¿Por qué os dio la espalda?
Agnosticos sentados en un banco de madera.
Meterle mano, pero sin subirle la falda,
que la suerte es una puta que no espera.
Entrañables desgraciados he oído decir,
indigentes sin gente que los arrope,
personas que trabajan en el sobrevivir,
trotando de un lado a otro sin galopes.
Una sonrisa sé que os alimenta,
una conversación os humaniza.
Un poco de empatía nos hará caer en la cuenta
de que la calle te encierra y no avisa.
Quijotes que se agigantan contra la felicidad
porque saben que jamás existió tal utopía.
Pájaros despistados que vuelan en libertad
y se refugian en el nido del día a día.
- Gonzalo López Murillo -
Enero 2011, Homeless.
A esas personas que todos hemos visto alguna vez en nuestras ciudades. Conviven en la calle con la soledad y agotaron todas sus oportunidades. No dejan de ser personas, sólo piden respeto y dignidad, un gesto de complicidad.