22 septiembre, 2011

Propósitos para un duro y frío invierno.


- EL RENGLÓN NUNCA ESCRITO -


Ahora que el invierno amenaza como una gran bola de nieve
ya puedo sentir la fría ausencia de tu abrazo arrancado.
Alicia necesitará birlarle un par de enanitos a Blancanieves
y yo, para la hora del té, invitaré a algún que otro chiflado.

Me emborracharé de mañanas buscando esa sonrisa de luz
entre días grises, entre las miradas perdidas de la monotonía.
Podría morirme en ese instante pero prefiero curarme en salud,
echaré un rato, jugando a que seas el punto y aparte de cada poesía.

Me detendré perplejo en cada detalle donde tanto te gusta habitar,
y escribiré una lista interminable de cosas con un tintero sin fondo,
que tachar cuando las caprichosas sendas del tiempo nos quieran cruzar,
cuando el fabuloso destino duerma acomodado sobre mi hombro.

Me haré compañero del viento para que a rachas puedas sentirme
y nadaré por mil canciones sabiendo donde todas desembocan.
En las tempranas tardes de domingo no sabré si llorar o reirme
de la resaca de recuerdos que desde mi cama te invocan.

Este es el renglón nunca escrito que quise compartir contigo,
difácil de exhumar pues su esqueleto es de momentos.
Viviremos un duro duelo a vida o muerte frente al olvido
sabiendo que siempre se puede renacer, reencarnándose en el intento.


-Gonzalo López Murillo-
Septiembre 2011, Estación de Autobuses.