ALPISTE
Sólo busco ese verso tan cabrón
que se hace de rogar, que se resiste,
un maldito verso para tocarte la razón
que el resabiado corazón prefiere alpiste
para cantar desesperado a la ilusión
y romper la jaula donde lo metiste.
Siempre tararea la misma canción,
desea ser libre y no dejar de volar
pero en las alturas llegará a la conclusión:
nadie lo cuidó como en aquellas rejas de metal
y quizás se dejo llevar por una extraña emoción,
el amor, que a menudo se confunde con la libertad.
Y se romperán esos barrotes, echaré a volar
cuando el amor sople de verdad,
esquivaré los cantos de sirena de la soledad
que utiliza como cebo a esa ansiada libertad.
Sólo echaremos juntos a volar
si llega el amor y su oportunidad.
-Gonzalo López Murillo-
Diciembre 2009, Pecera.