15 junio, 2012

Tributo a Korsakoff



- EL PRIMER TRAGO -


Tenía el corazón más cargado que un Negroni,
sacudía la cabeza, como un perro sus pulgas.
Solía narufragar a la orilla de un Gin Tonic, 
cada tarde amanecía con tres rubias.

Su lengua tropezaba con el cielo, y los labios
sujetaban ese cigarro que nunca supo a nada.
Cansado de escuchar la misma emisora de radio,
condenado a bailar con las aceras de madrugada.

Y la "barra de energía" se reducía como en los videojuegos,
como todos los amigos que jamás quiso tener.
Cuando eres inflamable es mejor no jugar con fuego,
aunque tras quemar media vida, ya poco puede prender.

Mientras la mecha de los sueños se desilacha,
su coche tiene complejo de serpiente asustada.
Todavía recuerda la mirada de aquella muchacha
que tuvo que olvidarle creyendo que la olvidaba.

Ya no quedan motivos por los que brindar
ni desconocidos que convertir en hermanos.
Sólo queda una resaca perfumada de soledad
y un nuevo día que acabará en el primer trago.


- Gonzalo López Murillo -
Junio 2012, Cambalada.