-IMPOTENTE REALIDAD-
Tanta mierda bajo la
alfombra
acabó convirtiéndose
en escalón.
Tantos meses desde la
sombra
atemperaron a un
risueño corazón.
Que dejó de reír y de
llorar
que se hizo hielo y apatía.
Que naufragó en la
pleamar
de un oleaje sin
deriva.
Ni puesto desde donde
otear
buques relucientes y
venideros,
con los que volver a
comenzar,
a surcar los Océanos del Deseo.
Esos, tan olvidados como cada latido,
como cada motivo que
los provoca.
Esos, que nunca quedaron abatidos
y volverán a resurgir
en tu boca.
Para narrar todos los
sueños intactos
con toda su impotente
realidad.
Para recordar los
instantes exactos
en los que huele a
felicidad.
-Gonzalo López
Murillo-
Septiembre 2016, Reflexión.