28 julio, 2011

El motor del mundo...



- LA ILUSIÓN -


Ropa tendía, y unas caladas al rey sol,
canta el canario atenuando la calor,
el verano respira tranquilo alrededor
y yo lo oigo latir desde mi escalón.

El trago de una 1925, es mi libertad,
mi paraíso particular, toda mi nostalgia.
Quimeras para escapar de la realidad
y sazonar un rato con un poco de magia.

Porque viví un año soñando, sin reloj,
a la deriva del momento y sus olas,
y a la orilla de aquel sueño naufragó mi corazón.

Dormí arropado por el cielo, mi edredón,
y pase la primavera deshojando amapolas,
ya no queda casi nada, sólo la ilusión.


- Gonzalo López Murillo -
Julio 2011, Starway to Heaven.

25 julio, 2011

Te echo de menos.



- EL PORQUÉ DE LA POESÍA -


Tinta y papel, pero tú ya no estás.
Te busco en mis tiempos muertos,
en mis ganas de ti, en la levedad,
entre versos que dejé entreabiertos.

Creo que me olvidaste en un segundo
y aunque quise abrazarte, sabía
que querer retenerte era absurdo
porque como la soledad te desvanecías.

Te busco en un cigarro, en canciones,
entre sueños, en botellas vacías.
Quiero y no sé desabrocharte los botones,
inspiración, sé que te apellidas melancolía.

Y no entiendo este innecesario exorcismo,
todo era fácil cuando tú me poseías.
Ahora me invade el duro inconformismo
porque eres el porqué de la poesía.


- Gonzalo López Murillo -
Julio 2011, El Patio.

24 julio, 2011

Rezaré para que no haya nubes.



- NI MUCHO, NI POCO -


Jugábamos a susurrarnos desde lejos
por miedo a escuchar una palabra
que preferíamos decirnos con los ojos,
disimulábamos, dejando hablar al alba.

Y es que sólo queríamos ver amanecer,
empaparnos con las primeras luces.
Mientras la coraza empezaba a perecer,
el humo de un cigarro se tornaba dulce.

Desnudos, las canciones nos vestían de momentos;
en los que los pies no tocan el suelo,
en los que casi nada se queda dentro,
en los que el techo se confunde con el cielo.

Desayunábamos besos, merendábamos ausencia,
algunas noches parecíamos desconocidos.
Y aunque ahora sepamos de nuestra existencia
escuece pensar en el tiempo perdido.

Ni mucho, ni poco, no son cosas medibles,
tampoco tiene porque ser enunciado.
Lo sabes, lo sé, y nada es imposible
porque el tiempo estará de nuestro lado.


- Gonzalo López Murillo -
Julio 2011, Punta Umbría.

19 julio, 2011

Buscando razones.



- A CASI NADIE -


Porque mi horizonte no tiene final
y los paseos ya no son en bicicleta.
Porque los sueños expiran al despertar
y la cuerda que me ahorca no me sujeta.

Porque mi corazón se salió del pecho
y ahora lo siento latir en la distancia.
Camina todo el día por callejones estrechos
y las plazas le devuelven su fragancia.

Porque me pierdo buscándome desesperado
y hasta con mi propia sombra me embeleso.
Porque brindo a la salud de los estancados
y adaptarse nunca fue un acto reflejo.

Porque mi corazón abandono su cavidad
y ahora habita en la mirada de un ciego,
que impaciente corretea por la ciudad
para abrazar momentos que ya no tengo.

Porque llevo tiempo sentado en mi nostalgia
y sólo deseo columpiarme en los recuerdos.
Porque algunas arrugas me alejan de la infancia
y se forjaron entre risas, lágrimas, fallos y aciertos.

Porque mi corazón escucha las noches
en las que nos jugábamos el amanecer.
Porque se sentó en un escalón de St. Croce
y desde entonces a casi nadie quiere obedecer.


- Gonzalo López Murillo -
Julio 2011, Rehab.

18 julio, 2011

En Plasencia...



- EL HUERTO -


Donde las amapolas desprenden fortuna
y la tierra fértil nutre sueños sencillos,
que se broncean a la luz de una luna
de plata envejecida e incesante brillo.

Allí, donde habita la calma y su corona,
donde el silencio es un susurro mañanero
que canta al indescriptible aroma
de la hierba mojada bajo un sol de Enero.

Allí, donde las hadas dibujan sonrisas
acariciando vidas con pompas de jabón,
donde los relojes jamás tienen prisas
porque el segundero es el corazón.

Donde el verde prohíbe cualquier bandera
porque la libertad nunca tuvo un color.
Donde el humo de los días maquilla la espera
y esquiva las gotas cuando llueve el dolor.

El huerto, regado con el zumo de la vida
despierta en cada detalle, en cada gesto.
Alimenta a los sedientos, cura las heridas,
es el Oasis para un mundo desierto.


- Gonzalo López Murillo -
Julio, 2011. Callejón de la Ilusión.