- DESCONOCIDOS -
No sé cómo arrancarte
esa sonrisa de niña buena,
tampoco sé como arrastrarte
desde el agua hasta la arena.
Eres esa extraña Diosa que impone,
una flor prohibida del desierto,
un día soleado, el as de corazones,
ese sueño que queda entreabierto.
Quisiera derribar tu fortaleza
con un beso catapultado.
Quiero contemplar tu belleza,
viajar lejos, sin moverme de tu lado.
Pero no soy nada más que un poeta,
un gorrión enjaulado cansado de volar,
un maniaco que oposita para profeta
y se dedica a describir a la soledad.
El tren pasó casi sin darme cuenta,
la oscuridad cerró los ojos al destino.
Tengo la llave, pero necesito la puerta
para poder desnudar a dos desconocidos.
- Gonzalo López Murillo -
Noviembre 2010, Escaleras de Sta. Croce