-SED-
Somos dos árboles separados por una papelera,
somos antenas que en el cielo intentamos no afear.
Somos cada mañana el sol, somos la azotea
y en las nuestras somos dos locos de atar.
De atarnos uno al otro sin ningún nudo visible
pues la Magia es eso que no se ve pero invita a creer.
Y hoy que me siento tan fuerte y tan sensible
diré que nuestro viaje no tendrá fin, porque tengo sed.
Sed de caídas y después brazos tendidos,
de apedrearnos el corazón para luego curarnos,
de alguna que otra batalla saldada con el olvido,
de darnos aire para, tras un minuto, desangrarnos.
Compañeros, amigos, cómplices que se respetan
a pesar de perder alguna lucha personal y transferible.
Fabulásticos, únicos, compartamos la botella
del champagne de los sueños, de sus burbujas irrompibles.
Como dice la canción, "te llevo dentro como a mi vida"
y no dejo de ser un ñoño, vestido de hombre rana.
Un necio, que hoy agarra su balanza y ve adonde se inclina
hacia el lado contrario de una convivencia insana.
-Gonzalo Lopez Murillo-
Agosto 2013, Hogar.