19 febrero, 2016

Dispuesto a luchar.



- ETERNA BATALLA -


Pena, de que siempre se cuelen nubarrones,
de que disfrutar sea el tercer verbo copulativo,
de que parezcan idílicos todos los marrones.
En los mejores momentos nunca estás contigo.

Desidia, de ver como agoniza y nadie lo mata,
de destrozar un instante pensando en lo peor,
de recordar que un día todo esto anduvo a gatas
y es cuando tenía sentido llamarlo emoción.

Silencio, ni siquiera el silencio  hace ya ruido,
sólo sirve para alimentar esta anhedonia
y recordar que la libertad es un pájaro herido
que vuela sin pensar que existen otras colonias.

Otras ganas de vivir y respirar sin salpicar,
otras tierras por descubrir y alimentar de ilusión.
Una vida que no esté condenada a claudicar
y a volver a caminar sobre el tedio de una canción.

Porque la escala de grises ya está agotada
y la gama Pantone es prolífera y abundante.
Ya no quedan lugares que convertir en coartada,
 por más que se rasque, no está el diamante.

Eterna batalla, repleta de derrotas y rompeolas,
colmada de noches irreversibles en un desierto,
tan árido que sólo sobreviven las amapolas,
tan anclado que no lo despeina ningún viento.

Parece un planeta indestructible que muere,
la cola de un cometa que nunca se recuerda,
la quinta espina consecutiva, que apenas duele;
esa antológica botella que siempre se reserva.



-Gonzalo López Murillo-
Febrero 2016, Cruzada.