29 diciembre, 2012

A desovar


-SALMÓN-


Que la vida comience por vivir
que no perdamos tiempo en vivirla deprisa,
que nos ilusionemos con cada mes de abril,
olisqueando esa flor que pende de la cornisa.

Desde donde un día caí creyéndote suelo
y cielo, para cuando los pies pesen demasiado.
Tu sonrisa y tu niñez sólo fueron un señuelo
que pescó al salmón más resabiado del ganado.

Para enseñarle que hay vida fuera del agua
que las palabras sólo son fuegos cruzados 
y cuan endebles pueden llegar a ser las murallas.

Para aprender que el tiempo perfecciona las agallas 
y nunca enmudece como cuando estás a mi lado
porque aún sobran ganas, montañas y playas.


- Gonzalo López Murillo -
Diciembre 2012, Río Arriba.