- SIN ADIÓS-
Sopla un viento de
alta mar
se tambalean los
cristales y el silencio.
Dialogo con la terca
soledad,
en la persiana
traquetean los recuerdos.
Vivos, muertos y aún
por digerir,
los del tiovivo y los
de la montaña rusa.
No sé si quedaran
cosas por decir
ni el número exacto
de reproches y excusas.
Mido cada
pensamiento, lo metanalizo,
para concluir que existo
aunque no me sienta,
que sigo vivo pese a
romperse el hechizo
de un utópico viaje
que todavía desconcierta.
Del amor al cariño
sólo hay una baldosa,
el odio se derrama
por sí solo, día a día.
Recuerdo aquellas
noches de vinos y rosas
casi tanto como los
ojos de la monotonía.
Y sólo me quedo yo,
el final más peligroso,
mis miedos, mi
reflejo, aquella triste canción.
Una cuerda, una
polea, un cubo y el pozo,
para volver a beber
de estos versos sin adiós.
- Gonzalo López
Murillo -
Junio 2016, Torre del
Mar.
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