- SOLSTICIO II-
Como lobo hoy velaré
por cada rayo de luna
como hombre me
rendiré ante sus encantos.
No pretendo ser su
cruz, tampoco soy un santo,
celebremos que hoy
nos secuestró la fortuna.
Y nos paseó por los
tejados de la madrugada
donde tantas noches
te esperé despierto.
Haciendo esa ecuación
de fallos y aciertos,
de lo que esperas
cuando no te queda nada.
La incertidumbre se
apodera de los sueños
y el deseo es un
barco sin timón, ancla,
ni puerto, donde
emborrachar a la razón.
El dolor más grande
sigue siendo pequeño
si se compara con lo
que se nos arranca
de las entrañas de un
ajado corazón.
-Gonzalo López
Murillo-
Junio 2016, Verano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario